Han hecho mil películas de juicios basados en hechos reales. Mil series de abogados. La historia de O.J. Simpson seguramente se haya adaptado ya al cine decenas de veces, algunas quizás la hayan emitido ya algún sábado después de comer. Y a pesar de todo, American Crime Story es buena a rabiar. Desconozco hasta qué punto es fiel a los hechos, por lo menos a los que describe el autor de la novela en que se basa la serie, pero la historia engancha. Analiza las entrañas de un juicio estrella desde muchos puntos de vista, no solo abogados y fiscales, también el tratamiento de los medios y el peculiar contexto social del Los Ángeles de los 90. Dedica muchos episodios a personajes concretos: el jurado, el testimonio estrella, la fiscal… sin perder el ritmo de la narración principal.
El juego de egos de los abogados estrella está muy bien conseguido, sobretodo el del metamorfoseado John Travolta. Es cierto que es productor ejecutivo de la serie y que, por tanto, se guardó para él mismo el papel que mejor le caía, pero no por ello hay que menospreciar su trabajo. Excelente también Cuba Gooding jr. como «The Juice», su amigo tonto David Schwimmer —alias Ross de Friends— y otros más desconocidos como Sarah Paulson, la fiscal, o su ayudante Sterling K. Brown. Si tienes el privilegio de poderla ver sin conocer demasiado del caso, vas a disfrutarla.
La segunda temporada promete. Se centrará en las consecuencias del huracán Katrina.