Hazte el muerto es mi segunda novela. En ella intento abordar el tema de los muertos vivientes con un enfoque diferente. ¿Es posible que en una novela de zombis no muera nadie? ¿Que no aparezcan plagas, posesiones ni resucitados? Lo es. Hazte el muerto responde, además, a otro tipo de pregunta: si la ciencia médica lo hiciera posible, ¿te gustaría convertirte en un muerto viviente? ¿Pagarías por moverte, sentirte y comportarte como un miembro de una horda de muertos vivientes en un paraje apocalíptico? La respuesta se encuentra en un pueblo abandonado en un valle recóndito de los Pirineos y es una experiencia reservada sólo para unos pocos.